El texto: Marcos 6, 30-34. Descargar PDF
30 Y reuniéndose los apóstoles en torno a Jesús, le anunciaban todas las cosas que habían hecho y enseñado.
31 Les dijo: Vengan propiamente ustedes, solos, a un lugar solitario y descansen un poco. Pues eran muchos los que venían y los que iban, que no había tiempo propicio para comer.
32 Y fueron en la barca hacia un lugar solitario, sólo ellos.
33 Pero muchos, viéndolos que se iban, los reconocieron, entonces corrieron por tierra desde todos los pueblos de ahí y se les adelantaron.
34 Cuando [Jesús] desembarcó vio una muchedumbre numerosa y sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Lexio
(“Busca leyendo...” Lo que dice el texto en si mismo para entenderlo mejor)
Los apóstoles de Jesús han regresado de la misión a la que Jesús les ha enviado (Mc 6, 7-13). El reunirse en torno a Jesús nos habla de un regreso a la fuente de su misión, y al constituir comunidad. Le cuentan sus obras y palabras, se trata de un informe, una respuesta al anuncio que han hecho.
Jesús observa no sólo el resultado de la eficacia de su trabajo, sino que es sensible al cansancio de sus apóstoles, entiende su lado humano y les invita a reposar. Este reposo equilibra el activismo que podría leerse en su urgencia por evangelizar (Mc 1, 35-38); se trata de un momento para ellos, que no tenían tiempo siquiera para una necesidad fundamental para mantener la vida: comer.
La insistencia de un lugar solitario o desierto y apartado para ellos solos es una buena reminiscencia de la actividad que en Jesús ha precedido a su predicación (Mc 1, 12-13) y se repetirá con algunos discípulos selectos (Mc 4, 34) antes de la transfiguración (Mc 9, 2) y del momento de su pasión (Mc 14, 32-33). En este caso, el lugar retirado es posterior a la misión, o podemos intuir una siguiente misión a la cual el Maestro también les está preparado.
No obstante esta intención de Jesús, el descanso no llegará, pues la gente le sigue y se les anteceden a pie por tierra. Es curioso que la muchedumbre llegue antes, siendo el camino por el mar más corto que bordeando la costa del lago; aunque ciertamente se menciona que van corriendo, se evidencia que las necesidades del pueblo son apremiantes. Y ante ellas, el corazón de Jesús se vuelve el de un pastor, que toma cuidado de un rebaño abandonado. Si una vez sube a la barca para poder enseñar alejándose de la multitud (Mc 3, 9 – 4,1), en esta ocasión se acerca a ella y desembarca metiéndose entre ellos (Mc 6, 34), tan importante su mensaje, como la cercanía de su propia persona.
Meditaxio
(“... y encontrarás meditando.” Reflexión personal y profundización sobre la Palabra, lo que a mí me dice ahora)
La misión a la que Jesús nos envía no es mera actividad – es integral, complementando palabras y obras – sino también el “estar con él”. El evangelio de Marcos presentará un camino de formación discipular, especialmente del c. 9 en adelante; ya desde aquí vemos algunos rasgos de Jesús como formador de los suyos. Sensible a sus necesidades humanas de descanso y alimento, les sustrae del ir y venir para que puedan restaurar sus fuerzas y con ello se dispongan a continuar la misión. El tiempo que pasan descansando ellos solos con el Señor es también tiempo de misión que les dispone a las exigencias del trabajo apostólico. Es un descanso que no les deja en la individualidad, sino que crea comunidad entorno al Maestro.
En repetidas ocasiones Jesús cruza el lago, y en varias de ellas manifiesta su poder: calmando la tormenta (Mc 4, 36-41) y caminando sobre el agua (Mc 6, 47-53). En esta ocasión, muestra una teofanía diferente: su compasión. Jesús se mete en medio de la multitud, se acerca como un pastor, también atento a las necesidades de esta multitud, como estuvo atento a las necesidades se sus apóstoles. La atención por las necesidades vitales se profundizará posteriormente con el texto que le sigue de la multiplicación de los panes en que dice a los discípulos: “Denles ustedes de comer” (Mc 6, 35-44). Nos encontramos a un Jesús que busca la salvación de los suyos y del pueblo, atendiendo a su parte humana, la misma que la tentación del espiritualismo nos hace descuidar. El cansancio es propio de un pueblo sin pastor, el pastor apacenta y hace reposar a sus ovejas (cf. Is 40, 10-17; Salmo 23), el descanso es signo de la libertad y de la dignidad de la persona (Ex 33, 14; Salmo 94, 11; Mt 11, 29). El que no es pastor explota a las ovejas, se alimenta de ellas; el pastor se compadece, y da la vida por el rebaño, no sólo frente a la amenaza del lobo, sino también frente a la fatiga.
¿Qué es para nosotros el descanso?, ¿qué valor tiene en medio de una sociedad obsesionada por la productividad?, ¿cómo cuidamos y fomentamos el bien físico, anímico y espiritual de nosotros y de los hermanos y hermanas que están a nuestro cargo?
Oratio
(“Llama orando...” Lo que le digo, desde mi vida, al Dios que me habla en su Evangelio. Le respondo)
(J. L. Arce)
Junto a ti al caer de la tarde
y cansados de nuestra labor,
te ofrecemos, con todos los hombres,
el trabajo, el descanso, el amor.
Con la noche las sombras nos cercan
y regresa la alondra a su hogar;
nuestro hogar son tus manos, ¡oh Padre!,
y tu amor nuestro nido será.
Cuando al fin nos recoja tu mano
para hacernos gozar de tu paz,
reunidos en torno a tu mesa,
nos darás la perfecta hermandad.
Contemplatio
(“... y se te abrirá por la contemplación.” Hago silencio, me lleno de gozo, me dejo iluminar y tomo decisiones para actuar de acuerdo a la Palabra de Dios)
¿Qué es para mí el descanso, cómo me siento en él y cuándo me falta? ¿Puedo sentir la presencia y necesidad de Dios en el él? ¿Qué importancia le doy al descanso dentro de mi vida laboral y de apostolado?, ¿es un descanso individual o un descanso que construye comunidad? ¿Doy tiempo a mis respiros para descubrir en serenidad los frutos y las exigencias de la misión que Dios me confía? ¿Qué necesidades valen la pena para dejar a un lado mi descanso? ¿Cómo seré más sensible a las necesidades humanas (mías y de los demás): físicas, anímicas y espirituales?
Foto: Lago de Galilea, en Tabgha.